Rearme alemán
Contrario a lo que se piensa, el rearme alemán no comenzó con el ascenso de Hitler sino que inició una vez acabada la Primera Guerra Mundial , durante la llamada República de Weimar. Es en esa etapa que el canciller (jefe de gobierno) Hermann Müller aprueba decretos gubernamentales que fomentan varias políticas secretas de rearme las cuales violan los condicionamientos del Tratado de Versalles.
Una vez que el NSAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) llega al poder, el rearme se convirtió en una prioridad de gobierno, sobre todo fundamentada en el apasionado y nacionalista discurso nazi que consideraba como un asunto de seguridad nacional la tarea de recuperar los territorios usurpados durante la Primera Guerra Mundial a Alemania. Es por ello que a partir de 1933, Hitler inició la mayor expansión de producción industrial nunca vista en Alemania.
El rearme significó un repentino cambio de expectativas económicas para buena parte del sector industrial alemán, muy afectado por la crisis de 1929. Algunas grandes empresas, especializadas en productos y tecnologías obsoletas, se diversificaron e introdujeron innovaciones decisivas en sus estructuras productivas. Los astilleros, por ejemplo, se diversificaron para dar lugar a la industria aeronáutica, creando oportunidades para avances tecnológicos revolucionarios.
Fascismo y Nazismo
Fascismo (del italiano fascio) es una ideología y un movimiento político totalitario que surgió en la Europa de entreguerras (1918-1939) en oposición a la democracia liberal y al proyecto de estado socialista.
Exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase. Utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder en el que se concentra todo el poder. Aprovecha los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la propaganda
Fue una dictadura que comienza en 1922 al mando de Benito Musollini.
Italia estaba en crisis social, los llamados camisas negras toman el poder tras una negociación con el rey en la famosa marcha sobre Roma.
Nazismo
El nacionalsocialismo (nazismo) es fundado por Adolfo Hitler a principios de la década de 1920, en gran medida como consecuencia de la humillante situación en que había sido puesta Alemania tras la firma del armisticio que dio fin a la Primera Guerra Mundial, conocido como el Tratado de Versalles.
Ya en la década de 1930, el nazismo era una fuerza poderosa, y tan sólo esperaba el momento propicio para asumir el poder, momento que se dio en 1933.
Ya en el poder, las ideas y actuaciones del nazismo se centraron en la implantación de un gobierno dictatorial que apoyaba a una milicia popular urbana, la militarización del pueblo y los ataques a la democracia, el judaísmo internacional y el comunismo.
Las principales características del régimen nazi fueron:
– Se suprimieron derechos y libertades individuales. Se pusieron a merced del Estado las empresas y los sindicatos obreros.
– Militarización del país: había un profundo sentimiento de venganza y revanchismo hacia quienes los habían humillado luego de perder la guerra.
– Racismo: Se sostenía que la raza aria o indoeuropea era la única raza superior por proceder de antiguos griegos, romanos y germanos.
– Imperialismo: Olvidando todo lo pactado en el Tratado de Versalles, los nazis ordenaron armar a la población, establecieron el servicio militar obligatorio, anexaron al territorio alemán toda la cuenca del Ruhr.
En una Alemania inestable tanto a nivel económico como político, asistimos al ascenso al poder de Adolf Hitler y del partido nazi (NSDAP). Con inusitada rapidez, Hitler procede al rearme de la nación y firma tratados estratégicos con Italia y Japón para proyectar aún más lejos sus ambiciones de dominación global.
Los Aliados, por su parte, temerosos de una nueva guerra mundial devastadora, una IIGM, tratan en vano de contener la situación mediante una política de apaciguamiento a todas luces ineficaz.
La Guerra Civil Española (1936-1939)
Se dice que la Guerra Civil Española fue una especie de campo de prueba, en el que se ensayaron las armas que luego habrían de usarse en la Segunda Guerra Mundial, que se inicia cuando terminó el conflicto peninsular. Hitler, tras denunciar las cláusulas sobre desarme impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles, organizar unas nuevas Fuerzas Aéreas y reimplanta el servicio militar, puso a prueba su nuevo armamento durante la Guerra Civil Española. Alemania e Italia entregaron material de guerra a Franco y enviaron tropas especializadas a combatir en suelo español contra el gobierno republicano en 1936. Las otras potencias no quisieron provocar un enfrentamiento directo y se abstuvieron de intervenir en la lucha.
Los aliados conspiran para que Hitler ataque a la URSS
La fallida alianza antinazi de Stalin
http://segundaguerramundial.es/fallida-alianza-antinazi-stalin/
Existen una serie de documentos (desvelados recientemente por el diario británico The Sunday Telegraph) que han permanecido bajo llave durante casi 70 años que demostrarían que la Unión Soviética había propuesto el envío de una poderosa fuerza militar para convencer a Gran Bretaña y Francia de la necesidad de crear una alianza militar antinazi común.
Un pacto de estas características habría sin duda cambiado el transcurso de la Segunda Guerra Mundial y de la historia del siglo XX, puesto que no se habría firmado el Pacto Molotov-Ribbentrop y, por lo tanto, Alemania habría tenido que luchar desde un principio en una inasumible guerra de dos frentes.
La oferta soviética para contener a Adolf Hitler dentro de las fronteras del Tercer Reich fue realizada por una delegación militar soviética de alto rango en una reunión que tuvo lugar en el Kremlin con oficiales británicos y franceses de alto rango poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Los nuevos documentos demuestran que los generales de Stalin habrían estado dispuestos a desplegar un gran número de unidades de infantería, artillería y aviación, una vez se hubieran logrado eliminar las reticencias polacas respecto a la presencia del Ejército Rojo en su territorio.
Lo cierto es que, como bien sabemos, los responsables franceses y británicos, autorizados por sus propios gobiernos a hablar pero no a firmar ningún acuerdo vinculante, no respondieron a la oferta soviética realizada el 15 de agosto de 1939. Stalin, por su parte, decidió por tanto tratar con Alemania y firmar el famoso Pacto de No Agresión Germano-Soviético apenas una semana después.
El Pacto Molotov-Ribbentrop se firmó el 23 de agosto, tan sólo una semana antes de la invasión nazi de Polonia que marcó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Si los Aliados hubieran aceptado la propuesta soviética, probablemente la Segunda Guerra Mundial habría sido bien distinta.
Se había perdido la última ocasión de frenar a Hitler. Pararle los pies habría sido incluso posible tras la aquiescencia británica y francesa tras la agresión a Checoslovaquia realizada el año anterior por el Tercer Reich y tolerada mediante los Acuerdos de Münich (1938). La oferta soviética, realizada por el Mariscal de la URSS, Voroshilov y el Jefe del Estado Mayor del Ejército Rojo, Sháposhnikov, consistía en el despliegue en la frontera alemana de 120 divisiones de infantería (cada una con 19 000 soldados), 5 000 piezas de artillería pesada, 9 500 tanques y 5 500 cazas y bombarderos. El almirante Sir Reginald Drax, que encabezaba la delegación británica, les dijo a sus homólogos soviéticos que sólo tenía autorización para hablar, no para comprometerse con ninguna acción concreta.
Lo cierto es que si los británicos, franceses y los polacos se hubieran tomado en serio esta oferta, entre todos habría sido posible reunir unas 300 divisiones a ambas fronteras del Tercer Reich, doblando en número los efectivos de los que disponía Hitler en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.
La traición de Múnich
. Los Acuerdos de Múnich fueron unos acuerdos por los que se le permitía al Tercer Reich la anexión de los Sudetes (regiones de mayoría germana de Checoslovaquia). Los acuerdos se negociaron en una conferencia celebrada en Múnich, junto a las principales potencias europeas, sin la presencia de Checoslovaquia, que se consideró traicionada. Actualmente se considera un fracaso en la política de apaciguamiento hacia Alemania defendida por Francia y Gran Bretaña en la antesala de la 2ª Guerra Mundial. En la fotografía, de izquierda a derecha, Mussolini por Italia, Hitler por Alemania, su intérprete y Chamberlain por Gran Bretaña.
Cuando se le preguntó al almirante Drax sobre cuántas unidades podría desplegar en la frontera occidental alemana, respondió que solo disponían de 16 divisiones listas para el combate, lo que dejó atónitos a los soviéticos: les parecía impensable que los británicos estuvieran tan poco preparados ante la inminencia del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, Polonia, que tendría que haberle permitido al enorme Ejército Rojo atravesar su territorio para enfrentarse a Alemania, se opuso vehementemente a la oferta soviética. Gran Bretaña albergaba serias dudas sobre la eficacia del plan del ejército soviético, puesto que tan solo un año antes Stalin había realizado purgas de gran alcance entre los comandantes más importantes del Ejército Rojo.
En Cultura proletaria también se relatan estos hechos:
Gran Bretaña, Francia y los EE.UU. también fueron consumidos por el deseo de destruir la URSS. Aunque las clases dominantes de estos países estaban divididas respecto a la cuestión, la facción mayoritaria (Neville Chamberlain en el Reino Unido y Edouard Dualardier en Francia) era de la opinión de “apaciguar” a Hitler y conducirlo hacia Rusia en primer lugar. Con este fin, permitieron a Alemania llevar a cabo una política vergonzosa para un rápido rearme e hicieron la vista gorda ante Hitler. Como dijo Stalin en el XVIII Congreso del PCUS en marzo de 1939:
“Inglaterra, Francia y los EE.UU. retroceden y ceden una concesión tras otra a los agresores… sin ninguna tentativa de resistencia e incluso con cierta connivencia por parte de estos… ¿Cómo es esto…? …La política de no intervención revela un anhelo, un deseo… no obstaculizar a Alemania dicen… que se enrede en una guerra con la Unión Soviética… Uno podría creer que a Alemania se le ha entregado las regiones de Checoslovaquia como precio por el compromiso de iniciar una guerra contra la Unión Soviética”.
JVStalin: “Obras”; Vol.14, Londres, 1978 ; p.363 -367.
Esta táctica del imperialismo británico y francés se expuso aún más con el desprecio constante a todas las repetitivas llamadas de la URSS para un pacto de seguridad colectiva.
Lloyd George (Partido Liberal), pronunció un discurso en el Parlamento del Reino Unido recriminando a Chamberlain el hacer una garantía unilateral a Polonia sin ninguna conversación con la URSS. Bajo presión, el Gobierno accedió a enviar una delegación a Moscú. Sin embargo, fue enviado muy tarde por mar y ferrocarril (no aire), y con instrucciones secretas:
“Ve muy lentamente con las conversaciones”.
Documentos British Foreign Policy’, 3ero serie, Volumen 6; Londres; 1953; Apéndice 5; p.763.
La verdadera intención era clara. Los británicos y franceses no tenían la intención de asegurar el acuerdo de seguridad colectiva.
Además, Chamberlain negoció secretamente una alianza militar con Alemania, por lo que la amenaza de la URSS era con cuatro potencias enemigas.
El señor Neville Henderson, embajador británico en Berlín, informó a Lord Halifax (29 de agosto 1939) de una conversación con Hitler y Ribbentrtop:
“El señor Ribbentrop me preguntó si podía garantizar que el primer ministro guiaría al país con la política de amistad con Alemania… Hitler preguntó si Inglaterra estaría dispuesto a aceptar una alianza con Alemania. Le dije que yo, personalmente, no excluiría esa posibilidad”.
Documentos alemanes relativos a las relaciones polacas y al comienzo de las hostilidades entre Gran Bretaña y Alemania el 3 de septiembre 1939 (Cmd.6106 ); Londres; 1939; p.130.
Esto fue lo que hizo que el brillante golpe (pacto Molotov-Ribbentrop) se llevase a cabo.
Esto desarmó completamente a los británicos y franceses. También retrasó la aparición inevitable de la guerra el tiempo suficiente para permitir que Stalin y el Partido movieran las fábricas al este de los Urales y se prepararan para la guerra.
Incluso escritores virulentos anti-Stalin, como el historiador EHCarr admitieron que:
“El Gobierno de Chamberlain… como defensor del capitalismo… se negó a formar una alianza con la Unión Soviética contra Alemania… En el Pacto del 23 de agosto de 1939, ellos (la URSS) aseguraron: a) tiempo para respirar e inmunidad contra los ataques, (b) ayuda alemana para mitigar la presión de Japón en el Extremo Oriente, (c) un acuerdo alemán para el establecimiento de un bastión defensivo avanzado más allá de las fronteras soviéticas existentes en Europa del Este, era significativo que el bastión era y no podía ser, un línea de defensa contra posibles ataques de Alemania, una idea eventual que nunca estuvo ausente en los cálculos soviéticos. Pero lo más importante que se logró en el pacto fue asegurar cierto tiempo para que la URSS pudiese plantar cara a Hitler, las potencias occidentales podrían estar involucradas”.
Carr: “De Munich a Moscú: II; “Estudios Soviéticos”,1, NO.21949, p.103.
El Pacto de Acero
El Pacto de Acero o Pacto de Amistad y Alianza entre Alemania e Italia, fue el acuerdo político-militar que selló la alianza germano-italiana y con ello el destino de Europa y la futura guerra.
La firma del acuerdo se concretó el 22 de mayo de 1939 en la ciudad de Berlín entre los entre los ministros de Relaciones Exteriores Galezzo Ciano por el Reino de Italia y Joachim von Ribbentrop por Alemania, sentándose las bases de un futuro apoyo militar y logístico mutuo en caso de guerra.
El Pacto tripartito
El llamado Eje Berlín-Roma-Tokio surgió tras la firma del llamado Pacto Tripartito o Pacto del Eje, el cual fue firmado en Berlín el 27 de septiembre de 1940 por Saboru Kurusu, Adolf Hitler y Galeazzo Ciano, representando al Imperio del Japón, Alemania y el Reino de Italia. Constituyó la alianza militar entre estas naciones, y oficialmente se conformaban las Fuerzas del Eje, opuestas a las Fuerzas Aliadas en la guerra.
En los siguientes meses, los reinos de Hungría, Bulgaria, Rumania y Yugoslavia se adherirían al pacto, los tres primeros para recibir territorio en los Balcanes, y el último para evitar ser invadido. El Estado Eslovaco también se adhirió al Pacto tras la desmembración de Checoslovaquia.
Pacto germano-soviético
El 2 de junio de 1939, Stalin tomó la iniciativa y planteó la formación de una alianza militar con occidente. Las naciones occidentales estudiaron el planteamiento soviético y enviaron delegaciones a Moscú en un velero, llegando el 11 de agosto. En este punto los soviéticos descubrieron que los delegados no tenían autoridad para firmar un acuerdo. Las negociaciones progresaron lentamente, pero se estancaron cuando Kliment Voroshílov propuso discutir la defensa de Polonia. El gobierno polaco se negó rotundamente a dejar entrar tropas soviéticas a Polonia, ya que temían que su Estado perdiera los territorios ganados en la Paz de Riga. En la tercera semana de agosto, la negativa polaca paralizó completamente el progreso de las negociaciones, incluso bajo presión anglo-francesa.
Existen dos puntos de vista principales sobre la motivación de las acciones soviéticas de los días siguientes. Historiadores han declarado que luego de la Conferencia de Múnich, Stalin creyó ver un plan occidental para empujar a Hitler hacia Rusia. Incluso después de que el Reino Unido y Francia reaseguraron sus garantías hacia Polonia, Stalin consideró que las mismas no eran sinceras, y que las democracias occidentales harían luchar a la Unión Soviética y Alemania en la primera etapa de la guerra, mientras ellas se fortalecían. De esta manera, las dos principales amenazas del Occidente, el bolchevismo y el nazismo, se aniquilarían entre sí. Sin embargo, otros historiadores han argumentado que la declaración británica sobre la seguridad polaca dio a Stalin la oportunidad de condicionar su participación en la guerra, y que la supuesta conspiración occidental fue un pretexto para justificar las negociaciones paralelas con Alemania. Además, culpan a Stalin por el fracaso de las negociaciones, ya que éste solicitó la ocupación militar de los Estados bálticos, a cambio de ofrecer su ayuda, propuesta inaceptable para los británicos y los franceses.
Finalmente, claman que Stalin, temeroso de una insurrección en su contra, prefirió sacrificar el Estado colchón polaco para apaciguar a la Alemania Nazi. En ambos casos, los historiadores coinciden que el choque soviético-japonés, que se estaba llevando a cabo en ese momento en Manchuria, hizó ver a Stalin de que este no era el momento correcto para iniciar la guerra con Alemania.
El primer indicio del aproximamiento germano-soviético se dió el 3 de mayo, cuando Stalin reemplazó a Maxim Litvinov, judío étnico, por Vyacheslav Molotov como Ministro de Relaciones Exteriores; los nazis ahora podían negociar de nuevo con la Unión Soviética. El 19 de agosto, Joachim von Ribbentrop viajó a Moscú y se reunió con Molotov, para la firma de un acuerdo comercial por siete años. Luego, Ribbentrop sugirió extender el acuerdo al ámbito político, para asegurar las buenas relaciones entre las naciones durante la duración del acuerdo comercial.
El 24 de agosto, Ribbentrop se reunió con Stalin y se firmó el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que estipulaba la no-agresión entre la Unión Soviética y la Alemania Nazi durante 10 años, así como la neutralidad de una nación si la otra iba a la guerra con una potencia tercera, que podía entenderse como Francia y el Reino Unido. Una cláusula secreta, desconocida hasta 1945, indicaba que Finlandia, Estonia y Letonia pasarían a formar parte de la esfera de influencia soviética, mientras que Polonia y Lituania serían repartidas entre Alemania y Rusia. Además, la región de Besarabia sería anexada por los soviéticos de Rumania.
Sin embargo, aunque sus últimas acciones lo contradecían, Hitler deseaba evitar la guerra con el Occidente. Además de neutralizar momentáneamente al gigante soviético, Hitler creía que el Pacto Molotov-Ribbentrop obligaría al Reino Unido y Francia a renunciar a su compromiso con Polonia. Hasta el último momento el dictador alemán creyó que esas naciones no irían a la guerra si atacaba a los polacos. Sin embargo, este no fue el caso.
Comienza la Segunda Guerra Mundial
Ecured.cu
El 1 de septiembre de 1939, los ejércitos alemanes cruzaron la frontera polaca, y en cuestión de días neutralizaron al ejército polaco, que no estaba preparado para afrontar las consecuencias de la doctrina Blitzkrieg. El 3 de septiembre los gobiernos de Francia y Reino Unido declararon la guerra a la Alemania nazi, para sorpresa de Hitler, pero esto no significó ningún cambio en el curso de la guerra en Polonia, ya que los aliados no se plantearon enviar tropas a este país pues aspiraban a que la declaración de guerra sirviese como elemento disuasivo con el fin de evitar ser atacados por los nazis.
Cuando el 1 de octubre, la Wehrmacht ocupó Varsovia[12], el Alto Mando Militar Polaco decidió dirigir sus fuerzas al sur, hacia la frontera con Rumania, donde planeaban contener indefinidamente a los alemanes hasta la llegada de la ayuda prometida. Este plan se vino abajo cuando la Unión Soviética invadió a Polonia desde su otra frontera el 17 de septiembre, bajo el pretexto de proteger a los ucranianos y bielorrusos que vivían en la parte oriental de Polonia, debido al colapso de la administración polaca tras la invasión nazi. Tras esto, las fuerzas del Ejército polaco huyeron hacia Rumania, mientras los nazis colocaban un gobierno títere el cual se mantendría hasta 1945.
La URSS y la Segunda Guerra Mundial
Una vez iniciada la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, y considerando Hitler que la caída de Inglaterra era inminente, ordenó atacar a la Unión Soviética, haciendo del pacto letra muerta. El 18 de diciembre de 1940, el mando alemán decidió que la invasión a la URSS (Operación Barbarroja) se realizaría en abril de 1941, pero solo se pudo concretar el22 de junio de ese año, cuando se inició el ataque a territorio soviético con más de 3.000.000 de soldados alemanes. La invasión tomó por completa sorpresa a Stalin a pesar de que tenía suficientes antecedentes a través de diversas fuentes de su propia inteligencia (como el agente soviético Richard Sorge) de que esta era inminente. Desde el comienzo de la invasión, la guerra recibió, por parte del pueblo soviético el nombre de Gran Guerra Patriótica o Gran Guerra Patria.
Inicialmente las fuerzas alemanas avanzaron rápidamente por las llanuras occidentales de la URSS, causando inmensas bajas en recursos humanos y materiales al Ejército Rojo. Sin embargo la resistencia soviética hizo fracasar los intentos de tomar Leningrado y Moscú, esto último en noviembre-diciembre de 1941. La parte no ocupado el país se transformó en una zona de producción continúa para asegurar la resistencia y la victoria, mientras que en las zonas ocupadas por los nazis ardía la resistencia guerrillera.
El Ejército Rojo paró la ofensiva nazi en la Batalla de Stalingrado, desde finales de 1942 hasta principios de 1943, para luego dañarle definitivamente en la Batalla de Kursk, siendo el punto decisivo mayor, y avanzó por Europa del Este y Central a Berlín hasta la toma de Berlín y la rendición incondicional de Alemania el 8 de mayo de 1945.[1]
Posteriormente, la URSS fue parte decisiva en la derrota del Japón militarista y la liberación del norte de China y la península coreana. Aunque destrozada por la guerra, la URSS emergió del conflicto como una superpotencia reconocida y un enorme prestigio, habiendo sido el país que soportó el ataque del 80 % de las fuerzas alemanas y sus aliados, sufriendo más de 27 millones de bajas, entre civiles y militares.
Durante la posguerra inmediata, la Unión Soviética reedificó primero y entonces ensanchó su economía. La Unión Soviética ayudó la reedificación de la posguerra en los países de Europa del Este, fundó el Pacto de Varsovia en 1955, más tarde, el Consejo de Ayuda Mutua Económica, ayudó económicamente a la naciente China popular y vio crecer su influencia en otras partes del mundo. Mientras tanto, política imperialista de Guerra Fría giró a los aliados del tiempo de guerra de Unión Soviética, el Reino Unido y los Estados Unidos, como enemigos.
Gran Guerra Patria
en la URSS perdieron la vida aproximadamente 27 millones de personas
soportó casi el 80% del ataque de los países del Eje en Europa
Operación Barbarroja y Gran Guerra Patria
La Gran Guerra Patria es el término dado por los soviéticos para enmarcar el período entre el 22 de junio de 1941 y el 9 de mayo de 1945, aunque para Occidente, se conoce como Frente Oriental. Durante dicho proceso, la URSS perdería aproximadamente 27 millones de personas en una confrontación que inició con la invasión nazi de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, y culminó con la caída de Berlín el 3 de mayo de 1945 a manos del Ejército Rojo.
La Batalla de Stalingrado constituyó el punto de inflexión de la Segunda Guerra, el momento en que las tropas soviéticas, tras las derrotas iniciales de la Operación Barbarroja, pasan a la ofensiva contra las fuerzas nazis del Eje, de hecho, la importancia de esta batalla se aprecia en la cantidad enorme de bajas de ambas partes, la destrucción total de una ciudad soviética y las enormes pérdidas de hombres y material sufridas por la Wehrmacht, por ello la crítica histórica considera que la Batalla de Stalingrado fue la derrota militar más severa (y más decisiva) de la Alemania hitleriana, tras la cual la iniciativa en combate correspondió al Ejército Rojo. La Unión Soviética fue el país combatiente que soportó casi el 80% del ataque de los países Eje en Europa, por lo que la victoria en la Batalla de Stalingrado y la consiguiente contraofensiva significó el comienzo del desmoronamiento de la máquina de guerra alemana.