100 AÑOS - REVOLUCIÓN DE OCTUBRE

El Hombre Nuevo.

El fin de la prehistoria de la humanidad.

 

A la Comunidad Primitiva le sucedieron sociedades divididas en clases antagónicas. Unos, propietarios, dueños de los medios de producción, otros, los más, desposeídos, esclavos, siervos, proletarios. Al fin, les sucederá un nuevo orden social, una forma superior de sociedad, sin clases, sin propiedad privada: el Comunismo.

Lo más avanzado del pensamiento de la humanidad y la práctica por miles de años de desarrollo en sociedad, ha dado al Hombre la posibilidad de terminar con la explotación, con el hombre lobo del hombre.

“a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime -de la burguesía- sin emancipar para siempre a la sociedad entera de la opresión” F. Engels -Prólogo a la edición de 1883 del Manfiesto Comunista

“XX. ¿Cuáles serán las consecuencias de la supresión definitiva de la propiedad privada? Federico Engels

Al quitar a los capitalistas privados el usufructo de todas las fuerzas productivas y medios de comunicación, así como el cambio y el reparto de los productos, al administrar todo eso con arreglo a un plan basado en los recursos disponibles y las necesidades de toda la sociedad, ésta suprimirá, primeramente, todas las consecuencias nefastas ligadas al actual sistema de dirección de la gran industria.

Las crisis desaparecerán; la producción ampliada, que es, en la sociedad actual, una superproducción y una causa tan poderosa de la miseria, será entonces muy insuficiente y deberá adquirir proporciones mucho mayores. En lugar de engendrar la miseria, la producción superior a las necesidades perentorias de la sociedad permitirá satisfacer las demandas de todos los miembros de ésta, engendrará nuevas demandas y creará, a la vez, los medios de satisfacerlas.

Será la condición y la causa de un mayor progreso y lo llevará a cabo, sin suscitar, como antes, el trastorno periódico de todo el orden social. La gran industria, liberada de las trabas de la propiedad privada, se desarrollará en tales proporciones que, comparado con ellas, su estado actual parecerá tan mezquino como la manufactura al lado de la gran industria moderna. Este avance de la industria brindará a la sociedad suficiente cantidad de productos para satisfacer las necesidades de todos. Del mismo modo, la agricultura, en la que, debido al yugo de la propiedad privada y al fraccionamiento de las parcelas, resulta difícil el empleo de los perfeccionamientos ya existentes y de los adelantos de la ciencia experimentará un nuevo auge y ofrecerá a disposición de la sociedad una cantidad suficiente de productos.

Así, la sociedad producirá lo bastante para organizar la distribución con vistas a cubrir las necesidades de todos sus miembros. Con ello quedará superflua la división de la sociedad en clases distintas y antagónicas. Dicha división, además de superflua, será incluso incompatible con el nuevo régimen social. La existencia de clases se debe a la división del trabajo, y esta última, bajo su forma actual desaparecerá enteramente, ya que, para elevar la producción industrial y agrícola al mencionado nivel no bastan sólo los medios auxiliares mecánicos y químicos. Es preciso desarrollar correlativamente las aptitudes de los hombres que emplean estos medios.

Al igual que en el siglo pasado, cuando los campesinos y los obreros de las manufacturas, tras de ser incorporados a la gran industria, modificaron todo su régimen de vida y se volvieron completamente otros, la dirección colectiva de la producción por toda la sociedad y el nuevo progreso de dicha producción que resultara de ello necesitarán hombres nuevos y los formarán.

La gestión colectiva de la producción no puede correr a cargo de los hombres tales como lo son hoy, hombres que dependen cada cual de una rama determinada de la producción, están aferrados a ella, son explotados por ella, desarrollan nada más que un aspecto de sus aptitudes a cuenta de todos los otros y sólo conocen una rama o parte de alguna rama de toda la producción. La industria de nuestros días está ya cada vez menos en condiciones de emplear tales hombres. La industria que funciona de modo planificado merced al esfuerzo común de toda la sociedad presupone con más motivo hombres con aptitudes desarrolladas universalmente, hombres capaces de orientarse en todo el sistema de la producción.

Por consiguiente, desaparecerá del todo la división del trabajo, minada ya en la actualidad por la máquina, la división que hace que uno sea campesino, otro, zapatero, un tercero, obrero fabril, y un cuarto, especulador de la bolsa.

La educación dará a los jóvenes la posibilidad de asimilar rápidamente en la práctica todo el sistema de producción y les permitirá pasar sucesivamente de una rama de la producción a otra, según sean las necesidades de la sociedad o sus propias inclinaciones. Por consiguiente, la educación los liberará de ese carácter unilateral que la división actual del trabajo impone a cada individuo.

Así, la sociedad organizada sobre bases comunistas dará a sus miembros la posibilidad de emplear en todos los aspectos sus facultades desarrolladas universalmente. Pero, con ello desaparecerán inevitablemente las diversas clases. Por tanto, de una parte, la sociedad organizada sobre bases comunistas es incompatible con la existencia de clases y, de la otra, la propia construcción de esa sociedad brinda los medios para suprimir las diferencias de clase.

De ahí se desprende que ha de desaparecer igualmente la oposición entre la ciudad y el campo. Unos mismos hombres se dedicarán al trabajo agrícola y al industrial, en lugar de dejar que lo hagan dos clases diferentes. Esto es una condición necesaria de la asociación comunista y por razones muy materiales.

La dispersión de la población rural dedicada a la agricultura, a la par con la concentración de la población industrial en las grandes ciudades, corresponde sólo a una etapa todavía inferior de desarrollo de la agricultura y la industria y es un obstáculo para el progreso, cosa que se hace ya sentir con mucha fuerza.

La asociación general de todos los miembros de la sociedad al objeto de utilizar colectiva y racionalmente las fuerzas productivas; el fomento de la producción en proporciones suficientes para cubrir las necesidades de todos; la liquidación del estado de cosas en el que las necesidades de unos se satisfacen a costa de otros; la supresión completa de las clases y del antagonismo entre ellas; el desarrollo universal de las facultades de todos los miembros de la sociedad merced a la eliminación de la anterior división del trabajo, mediante la educación industrial, merced al cambio de actividad, a la participación de todos en el usufructo de los bienes creados por todos y, finalmente, mediante la fusión de la ciudad con el campo serán los principales resultados de la supresión de la propiedad privada.”( F. Engels. Principios del Comnusmo. 1847)

Lenin, a principios del siglo XX plantea: el desarrollo del capitalismo y sus crisis lo harán estallar por el eslabón más débil de la cadena, que es Rusia.

«El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia»    (Marx. Prólogo a la Contribución a la Critica de la Economia Política)

«..hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en un a palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.» (Marx. Prólogo a la Contribución a la Critica de la Economia Política)

 

El sentido común nos hace aparecer el mundo como inmutable, siempre igual, de la misma manera: Una piedra, un país, una forma de vida, un concepto.

Nos dicen: fue así, y seguirá siendo así….por siempre, y la fuerza del hábito, de la costumbre nos hace creerlo.

Pero, en realidad las cosas se comportan de otra manera,  y a poco de salir de la superficie de los fenómenos, vemos que  la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, en vez de permancer inmutables,  están en permanente movimiento y cambio.
El cambio, el movimiento es lo permanente, el equilibrio es lo fugaz y esporádico. El reposo no existe, más que,  en forma relativa.

Un eminente físico del siglo pasado sostenía: parece mentira que exista una palabra, para definir algo que no existe: el reposo.

Ahora, sabemos que esta forma de “mirar” y “mostrar el mundo”, no es inocente. Se corresponde con la visión de quienes están bien así… y por tanto  defienden el statu quo con toda la fuerza de sus privilegios.

En tanto con Marx …éste nos hace “pensar”, “ver” de otra manera el mundo, la sociedad, con los ojos de los explotados. No “Somos” lo que queremos, sino lo que podemos, de acuerdo a la realidad que nos rodea. Y nos planteó la necesidad de conocer, para poder trasnformar el mundo.

  • En ese movimiento, de cambios permanentes es que se desenvuelve el mundo y la sociedad.
  • En su relación con la naturaleza, es que el hombre la transforma y a la vez  se transforma a si mismo.
  • Mientras, las relaciones entre los hombres son sociales, el trabajo es social, la producción es social,  y  ha llegado a  dominar la naturaleza, el producto, la riqueza generada,  ha sido apropiado por unos pocos,  ha sido privatizada.
  • La Ciencia, la técnica, equipos y máquinas,el conocimeinto, son producto del trabajo humano y le pertenecen a  toda la humanidad.
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