Historia
La nación coreana, con su peculiar cultura que la diferencia de sus vecinos chinos y japoneses, existe desde hace tres mil años.
Por acuerdo entre Estados Unidos y las autoridades coreanas, el protestantismo fue introducido en ese país en el año 1892. Se calcula que actualmente en Corea del Sur alrededor del 25 por ciento de la población es cristiana y una cifra similar es budista. La filosofía de Confucio ejerció gran influencia en el espíritu de los coreanos, que no se caracterizan por las prácticas fanáticas de la religión.
Los cristianos se oponían al sistema colonial japonés, entre ellos Syngman Rhee, nacido en marzo de 1875. El imperio japonés había sido brutalmente represivo con la población de Corea. Los patriotas resistieron con las armas la política colonialista de Japón y lograron liberar una pequeña zona en los terrenos montañosos del Norte, durante los últimos años de la década de 1890.
República de Corea
La República de Corea del Sur nació el 15 de agosto de 1948. Su primer presidente fue Syngman Rhee, electo en comicios que se realizaron con la presencia de tropas militares estadounidenses en el territorio. Durante 14 años Rhee gobernó el país de manera autocrática e impuso una Constitución para perpetuarse en el poder como dictador constitucional.
El gobierno de Rhee fue un aliado incondicional de la política de Estados Unidos. Los estadounidenses conscientes de la derrota del partido Kuomintang chino a manos del Partido Comunista, que contaba con apoyo en las zonas rurales del vecino país, impulsaron al gobierno surcoreano a realizar un plan de redistribución de la tierra, indemnizando a los propietarios y con un máximo de tres hectáreas por persona.
Guerra de Corea 1950-1953
Los antecedentes de esta guerra se pueden buscar en el avance incontenible hacia el sur de las tropas comandadas por Kim Il Sung contra los invasores japoneses. McArthur, jefe de las fuerzas norteamericanas del Pacífico, decidió ordenar un desembarco de la infantería de Marina por Incheon, en la retaguardia de las fuerzas del Norte, que estas no podían ya contrarrestar. Pyongyang cayó en manos de las fuerzas yanquis, precedidas por devastadores ataques aéreos. Ello impulsó la idea por parte del mando militar norteamericano en el Pacífico de ocupar toda Corea, ya que el Ejército de Liberación Popular de China, dirigido por Mao Zedong, había infligido una derrota aplastante a las fuerzas proyanquis de Chiang Kai-shek, abastecidas y apoyadas por Estados Unidos. Todo el territorio continental y marítimo de ese gran país había sido recuperado, con excepción de Taipei y algunas otras pequeñas islas próximas donde se refugiaron las fuerzas del Kuomintang, transportadas por naves de la Sexta Flota.
Estados Unidos acusó a Corea del Norte como la agresora. El Consejo de Seguridad de la recién creada Organización de Naciones Unidas aprobó la resolución sin que el delegado soviético estuviera presente (debido a que estaba en contra de la exclusión de China en el Consejo de Seguridad). Se aprobó un acuerdo dando a la guerra el carácter de una acción militar de la ONU contra el presunto agresor: la República Popular de Corea.
China vio amenazada su inconclusa lucha por la liberación nacional y envió al primer ministro Zhou En lai a Moscú, para expresar su punto de vista sobre lo inadmisible que era la presencia de fuerzas de la ONU bajo el mando de Estados Unidos en las riberas del Río Yalu, que delimita la frontera de Corea con China, y solicitarle la cooperación soviética.
El 19 de octubre de 1950 más de 400 mil combatientes, cumpliendo las instrucciones de Mao Zedong, cruzaron el Yalu y salieron al paso de las tropas de Estados Unidos que avanzaban hacia la frontera china. Stalin, prestó cooperación mediante el envío de aviones MiG-15 con pilotos soviéticos, en un frente limitado de 98 kilómetros, que en la etapa inicial protegieron a las fuerzas de tierra en su intrépido avance. Pyongyang fue de nuevo recuperado y Seúl ocupado otra vez, desafiando el incesante ataque de la fuerza aérea de Estados Unidos.
El general MacArthur, al frente de las tropas norteamericanas que luchaban bajo el pabellón de la ONU en Corea, llegó a proponer el uso de la bomba atómica y el ataque a China. Estas propuestas precipitaron la reacción del presidente Truman y fue sustituido por el general Ridgway en abril de 1951.
En la aventura imperialista de Corea participaron, junto a Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Grecia, Canadá, Turquía, Etiopía, Sudáfrica, Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, Tailandia y Colombia.
Después de sangrientos combates en el territorio coreano, el Paralelo 38 volvió a ser el límite entre el Norte y el Sur. Se calcula que murieron en esa guerra cerca de dos millones de coreanos del Norte, entre medio millón o un millón de chinos y más de un millón de soldados aliados a los norteamericanos. Por parte de Estados Unidos perdieron la vida alrededor de 44 mil soldados; no pocos de ellos eran nacidos en Puerto Rico u otros países latinoamericanos, reclutados para participar en una guerra a la que los llevó la condición de inmigrantes pobres.