100 AÑOS - REVOLUCIÓN DE OCTUBRE
 

La transición hacia el capitalismo

La transición hacia el capitalismo en la década de 1990

La complejidad del proceso de  construcción del socialismo en los países de Europa del Este y los errores cometidos por las fuerzas que conducían el proceso, que en algunos casos provocaron serias desviaciones de la línea que en sus inicios se habían trazado, sumado a la hostilidad de los países imperialistas y sus esfuerzos por promover un regreso al capitalismo en ellos, condujeron finalmente a una profunda crisis en una parte considerable del llamado Campo Socialista que determinó su desaparición entre 1988 y 1990.

El desmontaje del socialismo en estos países condujo, entre otros males, al fraccionamiento político en  algunos de ellos, este es el caso de la República Socialista Federativa de Yugoslavia cuyo territorio se dividió en nuevos estados y que estallasen conflictos entre los diferentes pueblos o etnias que los integraban.

La transición hacia el capitalismo en estos antiguos países socialistas estuvo marcada por el abandono de los mecanismos económicos de la planificación socialista y su sustitución por los de la economía capitalista con el propósito de alcanzar un rápido desarrollo que les permitiese igualarse con los niveles que tenían los países capitalistas de Europa. Fundamentalmente se trataba de emular con las sociedades de consumo europeas sin detenerse a pensar que el esplendor de las vidrieras de sus tiendas, los autos de último modelo y los grandes adelantos tecnológicos no beneficiaban a todos sus habitantes y que paralelo a la riqueza de las grandes ciudades existía un mundo de pobreza y desamparo para amplios sectores de su población.

Conclusiones:

Las consecuencias más notables de la transición hacia el capitalismo son el decrecimiento económico durante más de una década, el aumento del desempleo, el aumento de la mortalidad infantil y la disminución de la atención al adulto mayor, la mujer embarazada, la niñez y los discapacitados debido a los recortes del presupuesto destinado a los planes sociales que en la época de construcción socialista eran priorizados. Como resultado del deterioro económico se incrementaron males sociales ya erradicados por el socialismo: el aumento de la criminalidad, la drogadicción, prostitución y el incremento de la diferencia entre ricos y pobres en estos países. Finalmente es necesario destacar que ya entrado el nuevo milenio en su segunda década, siguen sin cumplirse los pronósticos de un rápido emparejamiento entre los antiguos países socialistas europeos y sus vecinos capitalistas y que cada vez se aleja más para las grandes masas el sueño de vivir como  viven  las minorías ricas de los países capitalistas. Por otra parte nuevos problemas como el resurgimiento de la ideología fascista y la xenofobia (odio a los inmigrantes extranjeros) vienen a sumarse a su  compleja y dura realidad.

La vuelta al capitalismo

Impotente y abandonado por casi todos, Gorbachov dimitió como Presidente de la URSS el día 25 de diciembre de 1991. La bandera roja soviética era arriada en el Kremlin de Moscú, la bandera rusa la sustituía.

Rusia tomaba el relevo de la URSS en la escena internacional: las embajadas, el puesto permanente en el Consejo de Seguridad y el control del armamento nuclear soviético. Se anunciaba el fin de la Guerra Fría, pero Estados Unidos aprovechó para imponer su hegemonía en un mundo unipolar.

La élite elige el capitalismo:

¿Cómo es posible que el régimen soviético cayera sin oposición interna aparente?

Gorbachov y su círculo pensaban que el principal problema del régimen soviético era la falta de democracia. Por eso desarrolla la perestroika (reestructuración, reconstrucción). En el país se forman tres grandes grupos de opinión (había más pero eran minoritarios): los partidarios de las reformas, los partidarios de mantener el sistema como tal, y los que rechazaban radicalmente el comunismo. Se impuso el anticomunista, dirigido por Yeltsin, sobre todo porque éste consiguió el apoyo de las élites del país.

Los estudios de Alec Nove, Farmer, Mathews y otros muestran que tras la segunda guerra mundial la élite soviética era una capa social ambiciosa y sin principios definidos. Les importaba solo el poder y los beneficios personales. En 1991 muchos miembros de esta élite reconocían abiertamente que no eran comunistas, aunque estaban en el Partido Comunista. Esta casta de oportunistas valoró sus opciones con la llegada de las reformas de Gorbachov. No les beneficiaba el socialismo democrático de Gorbachov y muy pocos miembros de esta élite apoyaron a los grupos partidarios de volver al sistema anterior. Aunque ese era el sistema que les había dado el poder, a la vez lo limitaba, por ejemplo no les permitía la propiedad privada y por lo tanto la acumulación de propiedades. Cuando en 1991 hay un intento de golpe de estado contra las reformas, este fracasa porque la élite se posiciona en favor de Yeltsin. Esta élite ansiaba conseguir la posición de la que disfrutaba en Occidente. Y entendió que su posición como nuevos capitalistas en su país les ofrecía muchas ventajas.

Así por ejemplo sucedió con Viktor Chernomirdin, presidente del gobierno ruso entre 1992 y 1998, que durante la época soviética había sido ministro de producción y tratamiento del gas. Hoy es uno de los hombres más ricos del mundo y principal accionista de Gazprom. Según un análisis, entre los 100 hombres de negocios más destacados de Rusia, 62 eran miembros de la élite comunista, 38 proceden de la economía sumergida y del mundo de la delincuencia.

Un estudio de junio de 1991 de la politicóloga norteamericana Judit Kullberg, muestra que el 77% de las clases altas soviéticas era partidaria del capitalismo, mientras que el 12% del socialismo democrático y el 10% del “comunismo o nacionalismo”.

Según un estudio de 1991 de una fundación norteamericana en la Rusia Europea, un 10% de la población quería la vuelta al sistema anterior a las reformas, un 36% eran partidarios del socialismo democrático, el 23% el modelo socialdemócrata sueco, y solo un 17% quería un sistema similar al capitalismo norteamericano o alemán. Es decir, el 69% deseaba alguna forma de socialismo. https://vientosdeleste.wordpress.com/category/urss/economia-sovietica/

SIN COMENTARIOS

DEJANOS TU COMENTARIO