El Comunismo de Guerra
3 de Marzo de 1918. La paz de Brest-Litovsk
La revolución había llegado al poder, pero ahora había que salvarla, y la tarea más urgente para ello, según Lenin, era firmar la paz inmediata. El Tratado de Brest-Litovsk, el 3 de marzo de 1918, concertó la paz unilateral de Rusia con Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía.
1918-1921. La Guerra Civil
Las fuerzas contrarrevolucionarias para derribar al nuevo gobierno buscan el apoyo de los países aliados, especialmente Francia y Estados Unidos.
Durante dos años, entre 1918 y 1920, la guerra civil condujo al gobierno soviético al borde del desastre; por último, el ejército de los contrarrevolucionarios, los «blancos», conducido por antiguos generales zaristas, fue derrotado por el Ejército Rojo.
Pero el país quedó devastado, la economía maltrecha y el hambre se enseñoreó de grandes regiones. El reto más grande de la revolución pasó a ser entonces la reconstrucción económica de Rusia, tarea que Lenin se propuso encarar a través de la NEP (nueva política económica), que detuvo las expropiaciones campesinas y supuso una apertura hacia una economía de mercado bajo control.
El triunfo de la Revolución tenía lugar sobre un escenario en el que resultaba difícil poner en sintonía distintos vectores, fuerzas, inercias que pujaban por el cambio.
El partido bolchevique no estaba solo, pero cada partido tenía su propia idea y diferentes movimientos tenían cada uno sus propios intereses y prioridades: los campesinos por un lado, los obreros por otro, y también los soldados —que eran campesinos y obreros militarizados—se veían atraídos a buscar su interés específico (según John Reed).
Fue la arquitectura política con la que Lenin había dotado al partido bolchevique, la que aportó la cohesión y firmeza necesarias, consiguiendo que todas esas distintas inercias trabajasen finalmente en función de los mismos objetivos, impidiendo que el caos acabase devorando la Revolución. https://octubre1917.net/2016/11/23/historia-2/
Tras los primeros contactos para negociar la paz tras el triunfo de la revolución, el día 16 de diciembre de 1917 se suspendieron las operaciones militares en el frente. La paz con Alemania y la retirada de Rusia de la Gran Guerra europea, salvó cientos de miles de vidas, a pesar de importantes pérdidas territoriales: supuso “la transmisión efectiva de Finlandia, Polonia, las provincias del Báltico, Ucrania y Transcaucasia a las potencias centrales, junto con un tercio de la población del antiguo Imperio, un tercio de sus tierras agrícolas y las tres cuartas partes de sus industrias” (Jonathan Smele).
1918, 4 al 10 de julio. V Congreso Panruso de los Soviets: se aprueba la Constitución de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia en su última sesión, el 10 de julio.
Derechos de la Mujer
1918, octubre. Se aprueba el Código Familiar sobre derechos e igualdad de la mujer. “La legislación más progresista que el mundo había visto jamás” (en lo que respecta a la igualdad entre mujeres y hombres y los derechos de la mujer trabajadora), según Wendy Goldman. Se trata de una ley sin parangón en el mundo, que otorgaba ocho semanas de licencia de maternidad plenamente remunerada, recesos para la lactancia e instalaciones de descanso en las fábricas, servicios médicos gratuitos antes y después del parto y bonos en efectivo.
Introdujo el divorcio sin justificación a petición de cualquiera de los dos cónyuges. Abolió el concepto de ilegitimidad aplicado a los hijos, de manera que todos los hijos habidos dentro o fuera del matrimonio tenían los mismos derechos. Creó obligaciones familiares independientes del contrato matrimonial (por ejemplo, la obligación del varón de aportar a la manutención del hijo hasta los 18 años, aunque lo hubiese tenido fuera del matrimonio). La mujer conservaba el control total de sus ingresos y propiedades después de contraer matrimonio, etc.
Así mismo, en 1920, el Gobierno soviético anula por Decreto la penalización criminal del aborto. La Rusia soviética fue el primer país del mundo en hacerlo.
La Contrarrevolución Interna
En sentido estricto, la guerra civil habría comenzado ya en 1917, tras el triunfo de la Revolución. Pero será a partir de mayo de 1918 cuando el conflicto adquiera unas dimensiones mayúsculas, provocando el colapso de las fuerzas productivas y llevando el país al borde del abismo. Después de la destrucción provocada por la participación zarista en la guerra entre imperialistas (Primera Guerra Mundial), Rusia se enfrentaba ahora a nueva fase de destrucción y desolación provocada por los enemigos de la revolución. Pero el socialismo, liderado por la vanguardia del Partido Comunista, supo sobrevivir y vencer a las adversidades.
El enemigo interno agrupaba a los contrarrevolucionarios enemigos de la nueva Rusia socialista, formando el llamado “Ejército Blanco” (o ejércitos blancos, en plural), cuyo objetivo era la restauración de la monarquía. Estaba integrado por oficiales del antiguo ejército del zar y por soldados de ciertas unidades de éste, a los que se unieron grupos de ideología liberal, mencheviques y ciertos sectores de los social-revolucionarios. Su base social hegemónica era la burguesía y la clase terrateniente, con el apoyo de la Iglesia Ortodoxa rusa. El origen del Ejército Blanco habría que buscarlo en el momento inmediatamente posterior al triunfo de la Revolución, cuando los generales Mijaíl Alexéyev y Lavr Kornílov (antiguos generales zaristas) comenzaron a organizar el movimiento contrarrevolucionario en la región del Don. En la Navidad de 1917, Kornilov asumía la jefatura del ejército contrarrevolucionario.
A partir de mayo de 1918, las unidades del Ejército Blanco se levantan en numerosas regiones rusas contra el Ejército Rojo recién creado. En algunas regiones se hacen especialmente fuertes, como sucedió en la cuenca del Don y en Siberia, donde se instaló una nueva autoridad zarista en la ciudad Omsk.
La agresión Externa
Por otra parte, además del aislamiento internacional al que la Rusia soviética se vio sometido, el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos tuvo que hacer frente al enemigo externo: la Entente imperialista que intervino en suelo ruso para apoyar a los ejércitos blancos para poner fin al socialismo. Los siguientes países intervinieron en Rusia soviética, invadiendo territorio ruso (entre paréntesis, los efectivos militares enviados):
- Gran Bretaña (40.000)
- Japón (70.000)
- República de China (2.000)
- Francia (12.000)
- Checoslovaquia (50.000)
- Grecia (24.000)
- Italia (2.500)
- Rumanía (4.000)
- Serbia (4.000)
- Polonia (12.000)
- Estados Unidos (15.000)
- Australia (150)
- Canadá (4.000)
En total, cerca de un cuarto de millón de efectivos militares de países extranjeros participaron en la agresión militar contra la Rusia soviética durante el período de la guerra civil. No obstante, la obsesión de los países capitalistas por estrangular este despertar socialista de la humanidad y el empeño contrarrevolucionario de los terroristas blancos, no consiguieron impedir el triunfo del Ejército Rojo de Campesinos y Obreros. La superior disciplina y motivación, así como la capacidad de liderazgo y organización del Ejercito Rojo fue un factor determinante.
El comunismo de guerra
De importancia decisiva en el triunfo bolchevique en la guerra civil fue también lo que luego se llamó comunismo de guerra, el sistema económico y político desarrollado en función de las necesidades de la guerra contra los enemigos internos y extranjeros de la Revolución. El objetivo era garantizar el mantenimiento a las ciudades y al Ejército Rojo, con especial énfasis en el abastecimiento de armas y alimentos a éste.
Esta etapa de comunismo de guerra comenzó en junio de 1918 y terminaría en marzo de 1921 con el inicio de la Nueva Política Económica (NEP).