La destrucción del aparato burocratico militar
Una y otra vez vuelve al tapete el tema del Poder, del Estado, de la democracia, de la participación de las masas, sobre la toma de decisiones estratégicas.
Marx, tras la experiencia de la Comuna, advierte la necesidad de destruir el “aparto burocrático militar” y la Revolución de Octubre lo confirma en 1917.
Cien años después, y tras el trágico derrumbe de la URSS, buena parte de la izquierda reniega de ello y vuelve al cabildeo con el Poder Económico para una utópica transición ordenada, a la búsqueda de consenso con «políticas de estado» que “contemplen a toda la sociedad”, donde la economía, las ganacias y los salario crecen indefinidamente.
La realidad a mostrado a través de decenios que no ha sido posible
La experiencia socialdemócrata, que ha llevado esta idea a la práctica durante decenas de años, ha fracasado rotundamente y ha dinamitado el “Estado de Bienestar” en Europa, el Bienestar de los trabajadores en USA, y más aún, ha permitido concentrar en un mísero 1% de la humanidad (pronto será el 0,1%), igual riqueza que el 99% restante.
La conclusión de Marx, confirmada por la Comuna y los Soviets, es que la clase dominante, (y el pequeño sector oligárquico dirigente), deben ser desplazados de la Administración de los asuntos públicos, pues sólo actúan en función de sus propios intereses.
“La Comuna es el primer intento de la revolución proletaria de destruir la máquina del Estado burgués, y la forma política, «descubierta, al fin», que puede y debe sustituir a lo destruido” Lenin cita a Marx
La Revolución Rusa confirma esta hipótesis y surge la República de los Soviets, donde paricipan y están representados los trabajadores directos, en un ejercicio democrático inédito.
“Marx dedujo de toda la historia del socialismo y de las luchas políticas que el Estado deberá desaparecer y que la forma transitoria para su desaparición (la forma de transición del Estado al no Estado) será «el proletariado organizado como clase dominante».
La Educación en el Socialismo